martes, 11 de octubre de 2022

Hoy

Quiero hacerme pequeñita y que nadie me vea.
Quiero ocultarme entre las frazadas y ahí perderme por siempre.
Quiero desaparecer de esta realidad, quiero que me despierten y descubra que todo fue una pesadilla.
Hoy no quiero hablar con nadie, hoy me avergüenza la piel que habito.
Hoy mi mente me dice que no valgo nada, que soy un error, la vergüenza encarnada que destruye todo lo que toca, cual antítesis del rey Midas.
Se me agotaron las ganas de luchar por estar bien y participar en la vida cotidiana.
Hoy no quiero, no tengo fuerzas no ganas. Mi mente me golpea y me dice que no valgo nada.
Y yo sólo quiero dormir...

lunes, 15 de febrero de 2021

 Hay días en que no me siento apta para desempeñar mi papel y me cuesta mucho mantener la formalidad que se necesita.

Últimamente tengo muchos de esos días.

Hoy es uno de esos días.

sábado, 6 de febrero de 2021

Alien

Más a menudo de lo que quisiera tengo en el pecho esta sensación de que no pertenezco en ningún sitio. Ni en mis labores, ni en compañía, ni en el lugar que debería llamar "hogar".

En ocasiones se mitiga cuando me encuentro con almas compatibles a mí pero al final del día vuelvo a convertirme en este ser que no pertenece en ningún sitio.

Pareciera estar condenada a deambular por el mundo sola y con frío hasta que llegue el final de mis días ¿Es que acaso alguna vez encontraré abrigo? ¿Existe un lugar en este mundo al que pueda llamar mi hogar?

Llegué a este mundo en un nido roto que ya estaba completo y no buscaba ni quería a nadie más. Y sin embargo yo emergí, producto de las hormonas descuidadas de dos personas irresponsables que no deseaban una nueva adición.

Durante mi primera infancia fui una novedad, una muñequita graciosa que exhibir, una moda... Pero al perder esa dulce ingenuidad que caracteriza a las criaturas me convertí en un lastre del cual avergonzarse, y eventualmente en la materialización de todo lo deforme y retorcido que existía en este linaje.

Y se me quiso a medias, como no queriendo, como obligados... Apenas queriéndome, apenas soportándome.

Y me quise una mísera fracción de eso, porque si mi origen me despreciaba tanto ¿Cómo podría yo valer algo? Sería una insolencia pensar que soy un ser bello, dulce... Sensible... Que merece un sitio al calor del fuego en la noche fría, mientras todos festejan la belleza de la vida.

A veces desearía que no me hubieran tenido. Más a menudo de lo que es sano admitir. A veces desearía que aquellas células no se hubieran dividido. Quizá siendo una memoria melancólica me habrían adorado, quizá a la ilusión de un bebé que no tuvo oportunidad de mancharse sí la habrían acurrucado unos brazos cálidos junto al resto de la familia a la que pertenezco a la fuerza, por la sangre que ata pero no entiende de amor.

¿Qué soy? No soy nadie. Soy el polvo, soy el aire, soy una hoja seca sobre el suelo de un lugar desierto, esperando a disolverse en la tierra, con la ilusión de tener una segunda oportunidad más adelante.

Oh... Pero cuanto desearía en ocasiones no haber existido jamás. Cuanto lo deseo ahora... Quisiera evaporarme y fundirme con la atmósfera, y que nadie me recuerde, que nadie me extrañe, que nadie sepa que existí. Tal vez borrando mi existencia se restauraría el equilibrio perdido. Sé que no les dolería que yo no hubiese existido nunca, ellos ya estaban completos. Yo sólo fui un estorbo para ellos.

lunes, 8 de mayo de 2017

Lunes

Me asfixio
Me asfixio lentamente...
Siento que voy a morir si me muevo demasiado en esa dirección

No puedo
Mi respiración se acelera, mis hombros se tensan al grado de quedar elevados y dolerme
Las palmas de la manos y las manos de los pies están helados por el sudor que producen
Mis piernas se contraen a ratos y siento como se me erizan los vellos de la piel

No, por favor, no...
Voy a morir
No quiero morir

Quiero salir corriendo hasta que no pueda más, hasta que me caiga al piso y no me pueda levantar. Quiero correr hasta perder el conocimiento
Quiero escapar

Por favor, alguien déjeme escapar

Insomne

Los rayos del sol comenzaban a aparecer, desplazando lentamente a la noche. Una vez más Camille había permanecido en vela.

-¿Cuántas noches más...? ¿Cuántas...?- dijo mientras se acunaba la cara entre las manos.

Hacía dos meses que no lograba dormir, no supo cómo sucedió pero un día simplemente ya no lo pudo conseguir. Pasaba las noches recostada a oscuras en su habitación intentando conciliar el sueño en vano. Fue a donde el médico y este le dijo que su insomnio se debía al estrés ¿Y cómo no? A veces tenía arranques repentinos donde comenzaba a hiperventilar y continuamente sentía arcadas en el transcurso del día.

Para tratar de conservar un poco su equilibrio mental tomaba pastillas relajantes que le ayudaran a remediar un poco su estrés y a disminuir su perpetua jaqueca. Había ocasiones en que, desesperada por la vigilia, ingería más pastillas de las que debía a la vez, sin embargo esto nunca le consiguió la tan deseada anestesia, únicamente unos cuantos bostezos. Parecía que su cuerpo simplemente había perdido la capacidad para concebir el sueño.

Así pasaba los días Camille, se levantaba al alba, desayunaba y salía a caminar. Posteriormente regresaba a ducharse y prepararse para trabajar en aquel irritante lugar. Le costaba horrores prepararse sabiendo a donde se dirigía, solía llegar justo a tiempo, si estaba ahí un minuto antes se quedaba fuera a esperar que este pasara, no pensaba regalarles ni un instante de su tiempo.  Los lunes en especial eran los peores.

Al terminar la jornada, Camille abatida se desviaba a algún supermercado para despejar la mente. A veces no compraba nada, sólo deambulaba por los pasillos con los brazos colgándole como sin vida a los costados mientras observaba la mercancía tal si se tratase de un museo de objetos raros.

Una vez que llegaba a casa se dedicaba a ver la televisión mientras cenaba y a veces se ocupaba en algún hobby por un rato. Cuando llegaba la hora de dormir cumplía de manera disciplinada su ritual: ponía música relajante, se cambiaba de ropa, se lavaba la cara y los dientes, se recostaba y leía un rato mientras se bebía un té caliente. Finalmente apagaba la lámpara y se dedicaba a respirar de manera que se pudiera relajar. Después de esto lo único que ocurría era Camille en medio de la penumbra viendo como la luna se iba desplazando por el cielo nocturno hasta la mañana siguiente. No había descanso, sólo desesperación y a veces unas cuantas lágrimas. Estar despierta tenía más efectos en su cabeza que en sus habilidades motoras. El cansancio le provocaba una depresión severa que a veces la llevaba a fantasear la noche entera con escenarios trágicos donde ella nunca más podía descansar ni ser feliz, además de esto tenía episodios de paranoia en donde tenía que correr a esconderse bajo las mantas para sentirse a salvo de quien quiera que estuviera tratando de lastimarla.

Entonces, un mal día ¿O sería un buen día? Camille logró incautarse unos cuantos somníferos. Esa misma noche se tomó media píldora al llegar a casa y, por primera vez en semanas, se echó una siesta sobre el sofá. Despertó un par de horas después tan feliz y tan fresca que pensó que había encontrado la respuesta a sus problemas.

Al día siguiente se le veía radiante de felicidad, llegó al trabajo llena de energía y entusiasmo, no se imaginaba el día que la esperaba. Odiaba su trabajo desde hacía tiempo, ir a ese lugar la hacía muy infeliz pero la paga era buena y realmente necesitaba el dinero. No hace falta describir el cataclismo ocurrido en la jornada, basta con decir que ella y su única amiga en ese lugar acabaron siendo despedidas por culpa nada más y nada menos que de Camille. Aunque su amiga le aseguró que no estaba molesta con ella, el cansancio acumulado de Camille no le permitió creerle por completo.

Esa noche la jaqueca había aumentado a un nivel descomunal, evitándole a Camille poder pensar siquiera en relajarse. Caminaba por la casa desesperada como una poseída mientras la noche arrasaba con todo a su paso. El reloj sonaba en la pared, lastimando los oídos de Camille con cada tic-tac, los autos en la avenida no eran mucho mejor, a lo lejos se escucharon las sirenas de una ambulancia. Mientras se preguntaba si habría ocurrido un incidente grave recordó los somníferos que guardaba en su mesita de noche. Entonces abrió el cajón y los sacó sonriendo. Apretaba las pequeñas píldoras blancas entre los dedos como si se tratara de la panacea universal y repetía por lo bajo -Gracias... Gracias...-.

Camille se encontraba tan desesperada que sin pensarlo se engulló todas las pastillas juntas. Después de esto se metió a la cama y abrazó su almohada mientras pensaba que finalmente tendría una noche completa de sueño. Un momento después comenzó a sentir como si su cuerpo comenzara a flotar, había olvidado esa maravillosa sensación de abandono al ir conciliando el sueño. Bostezó una vez y finalmente se durmió.

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A la mañana siguiente la hermana de Camille llegó de visita. Al principio se alegró al entrar a la casa y verla dormida tan plácidamente con una sonrisa en el rostro. No obstante, no tardó en horrorizarse al darse cuenta que no respiraba. Camille finalmente había logrado dormir como tanto quería, sin embargo, esta vez ya nunca jamás despertaría.

sábado, 13 de agosto de 2016

140 caracteres o menos

Eventualmente él se irá a un lugar lejano donde yo no podré alcanzarlo. Nunca sabrá que fue la primera persona en años que logró gustarme.

I miss you already

Tengo en el pecho ese dolorcito que hacía años no experimentaba. Es emocionante volver a sentir algo en el corazón en lugar de tener un vacío pero no es del todo agradable que vuelva a doler.

Me duele el pecho de pensar que no sólo nunca me querrá sino que además ya no podré verle...

Me tomó mucho aceptar que me gustaba y ahora que por fin lo he hecho tengo que decirle adiós así nadamás. No seré nada para él, quizá hasta se olvide de mi existencia... Pero yo lo recordaré siempre.

Él fue la primer persona en gustarme de verdad luego de lo sucedido hace años con mi fallido primer amor.

Aún no llega el momento de despedirnos pero ya me duele extrañarte...

... Quédate por favor... No te vayas... No desaparezcas... No quiero matar estos sentimientos.