lunes, 3 de marzo de 2014

Libertad

Ese día finalmente se cumplió su sueño. Por desgracia no pudo verlo y es que los muertos no pueden abrir los ojos.

Elena

No necesitaba mucho, bastaría con una soga y un poste alto, o ¿Por qué no? Alguna clase de veneno que pudiera mezclar en una bebida, también estaban las pastillas para dormir del botiquín, hasta podría intercambiar su casa por una noche con una familia que tuviera una estufa de leña y una vivienda mal ventilada.

Había muchas formas de morir, eso lo sabía. Podía incluso rentar una habitación de hotel con una tina y de manera dramática (y sucia) cortarse las venas. Aunque prefería una arteria, sin duda era más rápido y sería casi imposible que alguien la encontrara a tiempo.

El problema para ella no eran las herramientas o el procedimiento, eso podía imaginárselo. Le gustaría algo elegante: una copa de vino con unas gotas de veneno, una última copa brillante color grana, un vestido bonito, el cabello arreglado, música tranquila y un par de labios rojos bebiendo lentamente mientras intenta saborear todos los aromas de aquel elixir maldito. Eso era lo más poético para ella, algo con dignidad, con clase. Cerraría los ojos lentamente y reclinaría su cabeza hacia atrás mientras sentía como su alma abandonaba su cuerpo y este se enfriaba y entumía, convirtiéndose en parte de la decoración.

El problema era que no creía en el suicidio como medio de escape. Le habían enseñado que estaba mal y aquel pensamiento había echado raíces en lo más profundo de su mente impidiéndole llevar a cabo su plan...

Y eso que no necesitaba mucho, bastaba con una soga y un poste alto...



miércoles, 15 de enero de 2014

Como cuando te das cuenta de que cometiste un error grande, enorme... Uno de esos errores que no se pueden borrar.

Y sabes que ganaste muchas cosas gracias a eso, pero al mismo tiempo, al final te quedaste sin nada que te defienda.

Y aunque lo odies, y aunque otros errores te los perdones diciendo que al menos te quedan los recuerdos y la experiencia... Este no puedes borrarlo. De este error no puedes no arrepentirte aunque sigas apreciando lo que obtuviste al seguir ese camino.

Empiezas a entrar en pánico y tu respiración se acelera mientras luchas contra ese pensamiento que va asomándose a tu mente y te susurra al oído:

Me arrepiento de haber hecho esto... Realmente me arrepiento...

 ¿Qué harás ahora? ¿Qué harás si te equivocaste temprano? ¿Cómo seguirás en este camino? Debe haber una manera de volver a girar en otra dirección, pero ¿Cuál?

lunes, 6 de enero de 2014

No todos tienen sueños

La única manera que encontraba para tratar de describir esa apatía que sentía era decir:
Yo sólo... No quiero nada
Así era su sentir hacia todo. No había algo que quisiera o buscara. Simplemente esperaba cerrar sus ojos y librarse de todo.

Ella solamente soñaba con encontrar algo que anhelar. Algo que le diera una pista de qué rumbo seguir, pero eso no llegaba.

Hacía y deshacía sueños de mentira todo el tiempo, sonriendo falsamente para aferrarse a metas temporales que le ayudaran a sentirse menos vacía, menos perdida... Menos inhumana.

Se sentía tan perdida y sin sentido que a veces soñaba con morir. Y es que morir no le asustaba, lo que le asustaba era que le resultara tan sencillo pensar aquello.

¿Es mucho pedir no existir? ¿De qué sirve una existencia vacía? ¿De qué sirve un caminante sin rumbo? ¿De qué sirve un corazón que no siente? ¿De qué sirven unas piernas que ya no se mueven?

Estaba vacía. Vacía como una caja de bombones en manos de una chica que vuelve a ser soltera. Vacía como una caja de fósforos luego de que un niño los usara todos para hacer una fogata. Vacía como las paredes de una casa abandonada. Vacía como los bolsillos de un mendigo...

Estaba vacía. Carecía de propósito y sentido, ella ya no servía. Entonces ¿Por qué se le castigaba siguiendo aquí, entre los que sueñan y aman todos los días?