miércoles, 15 de enero de 2014

Como cuando te das cuenta de que cometiste un error grande, enorme... Uno de esos errores que no se pueden borrar.

Y sabes que ganaste muchas cosas gracias a eso, pero al mismo tiempo, al final te quedaste sin nada que te defienda.

Y aunque lo odies, y aunque otros errores te los perdones diciendo que al menos te quedan los recuerdos y la experiencia... Este no puedes borrarlo. De este error no puedes no arrepentirte aunque sigas apreciando lo que obtuviste al seguir ese camino.

Empiezas a entrar en pánico y tu respiración se acelera mientras luchas contra ese pensamiento que va asomándose a tu mente y te susurra al oído:

Me arrepiento de haber hecho esto... Realmente me arrepiento...

 ¿Qué harás ahora? ¿Qué harás si te equivocaste temprano? ¿Cómo seguirás en este camino? Debe haber una manera de volver a girar en otra dirección, pero ¿Cuál?

lunes, 6 de enero de 2014

No todos tienen sueños

La única manera que encontraba para tratar de describir esa apatía que sentía era decir:
Yo sólo... No quiero nada
Así era su sentir hacia todo. No había algo que quisiera o buscara. Simplemente esperaba cerrar sus ojos y librarse de todo.

Ella solamente soñaba con encontrar algo que anhelar. Algo que le diera una pista de qué rumbo seguir, pero eso no llegaba.

Hacía y deshacía sueños de mentira todo el tiempo, sonriendo falsamente para aferrarse a metas temporales que le ayudaran a sentirse menos vacía, menos perdida... Menos inhumana.

Se sentía tan perdida y sin sentido que a veces soñaba con morir. Y es que morir no le asustaba, lo que le asustaba era que le resultara tan sencillo pensar aquello.

¿Es mucho pedir no existir? ¿De qué sirve una existencia vacía? ¿De qué sirve un caminante sin rumbo? ¿De qué sirve un corazón que no siente? ¿De qué sirven unas piernas que ya no se mueven?

Estaba vacía. Vacía como una caja de bombones en manos de una chica que vuelve a ser soltera. Vacía como una caja de fósforos luego de que un niño los usara todos para hacer una fogata. Vacía como las paredes de una casa abandonada. Vacía como los bolsillos de un mendigo...

Estaba vacía. Carecía de propósito y sentido, ella ya no servía. Entonces ¿Por qué se le castigaba siguiendo aquí, entre los que sueñan y aman todos los días?