La rutina era la misma: salir corriendo a recibirte con una sonrisa, abrir la puerta, pararme de puntas, estirar mis brazos, y darte un fuerte abrazo... Luego quedarnos así un rato...
Y al soltarnos, nos mirábamos a los ojos, sonriendo, y cerrando los ojos poco a poco, nos uníamos en un beso.
Recuerdo que me dijiste:
"Es que... Quería invitar a cenar a mi amor con mi primer sueldo..."
Sentí tan bonito que pensaras en mí. Me sentí especial...
Fuimos a comprar unas hamburguesas y unos jugos para cenar. Mientras esperábamos la comida, platicábamos y estábamos de empalagosos. Éramos muy felices ¿Recuerdas? ¿Te acuerdas cuando me llamabas "corazón", "cielo", "amor", "mi niña", "hermosa"? ¿Recuerdas cuando decíamos que tú eras mío y yo era tuya? ¿Cuando decíamos que era por siempre?
Y fuimos a mi casa a ver la tele mientras comíamos. Juntos, mirándonos a ratos, besándonos, conversando, queriéndonos... Enamorándonos cada vez más el uno del otro... Y para mí esa fue la cita perfecta. No necesitaba cosas caras, no necesitaba velas, no necesitaba música romántica. Sólo te necesitaba a ti, solo necesitaba sentir que me querías y que yo podía quererte con todo lo que yo era. Sólo me bastaba estar contigo para que fuera un día especial.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario