martes, 3 de marzo de 2015

Yo misma

Últimamente he pensado en muchas cosas y pensé que me había vuelto más débil y miedosa, sin embargo, tras darle muchas vueltas al asunto me di cuenta de que no era así.

No es que yo me haya vuelto más débil, es que ya no tengo mi coraza. Siempre he sido como un pequeño cachorro asustado que se queda temblando en la esquina de la caja tratando de desaparecer, siempre he sido así. Es sólo que antes tenía una armadura que si bien mostraba que estaba asustada, no dejaba ver cuánto.

Crecí tratando de evitar todas las situaciones incómodas o difíciles que pude. Todo me desagradaba, no me gustaba la gente. Y entonces llegó él... Y poco a poco fue retirando partes de coraza con su ternura. Él me aceptaba y me quería con todos mis miedos, con todas mis heridas, con todas mis imperfecciones... Y entonces comencé a pensar que quizá yo no estaba tan rota. Que quizá yo sí valía algo y no era basura. Y así, poco a poco, comencé a quererme.

Él se fue y yo me sentí más frágil ahora que no tenía mi exoesqueleto para protegerme. La soledad volvió a mí de golpe y me hundí.

Mas ahora que intento avanzar, descubro con sorpresa que ha quedado expuesta la piel delicada que solía esconder y fingir no tener.

Ya no pretendo no tener frío, ya no disimulo cuando tiemblo de miedo, ya sonrío, salto y demuestro que estoy contenta sin miedo a que me llamen irritante, tonta, infantil. Ya no me enojo para voltearme y esconder mis sonrojos.

Y es extraño, y es nuevo, y me asusta... Me asusta tanto... Pero he descubierto que finalmente soy yo.

Y que no es que me haya vuelto más débil, es que apenas estoy creciendo, apenas comienzo a enfrentar esas situaciones difíciles que antes evitaba. Mi piel necesita endurecerse más, pero no con una coraza... No. Necesito aprender a ser fuerte pero sin volver a dejar de ser yo.

Quiero saber como soy yo misma. Quiero conocerme, quiero ver qué soy capaz de lograr.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario