domingo, 27 de mayo de 2012

Partes de mí que han muerto

Tal vez no es para mí, tal vez sólo lo quería porque era lo que me enseñaron que debía querer; el chico serio, el chico amable, el chico inteligente; el chico que fuera "perfecto", aunque yo sabía que nadie nunca sería perfecto.

Aprendí luego que uno no elige de quién se enamora, que simplemente pasa, lo quieras o no.

Me enamoré. Dolió. Dolió mucho...

No quise enamorarme, y logré permanecer así un tiempo.

Me volví a enamorar, lloré, luego salió bien. Luego quise también ese sueño, esa familia, esos hijos, esa historia, envejecer juntos, aprender a su lado, despertar con él cada mañana, amarlo cada vez más... Quise que fuéramos compañeros toda la vida, quise hacer todo lo que estuviera en mí para hacerlo feliz... Pero terminó...

Ahora no somos ni siquiera amigos. Ahora veo que no quiero nada... Al irse se llevó esa parte de mí. Al irse llegó el desencanto... Ahora busco qué es lo que si quiero. Con él vi que, aunque si me gusta en parte todo aquello que me enseñaron, también tengo mis propios gustos, y mis gustos me gustan más que los impuestos.

No quiero la casa de muñecas, no quiero los vestidos perfectos, no quiero los muebles combinados y los pisos pulcros. No quiero hijos de nadie corriendo por mi casa, no quiero preocuparme por si los estoy educando de manera correcta. No quiero depender de un tipo que jura que me ama y que pasará su vida entera a mi lado y luego se irá con alguien más.

Quiero otro camino, no quiero que se me imponga nada. Quiero aprender a ser feliz a mi manera. Es cierto que necesito amor y compañía, es cierto que no me atrevo a pedirlos en las dosis necesarias... Es cierto que necesitaría de un alma gemela, pero no quiero una pareja, y sería injusto encontrar un alma gemela en un amigo porque ese amigo querría tener su vida aparte.

Elijo el camino de la soledad, el camino donde yo misma tengo que esforzarme por mí. Lo elijo a sabiendas de que nunca me esfuerzo. Lo elijo, sabiendo cuánto odio y temo la soledad...

Elijo no amar. Elijo no llorar por nadie.

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