miércoles, 30 de enero de 2013

Todo comenzó un miércoles y terminó también un miércoles.

Tú me lastimas, yo te lastimo

¿Por qué soy así contigo? ¿Por qué si nunca te veo, te reclamo de forma tan ruin...?
Y es que yo no te insulto, no te grito, no te agredo fisicamente... Pero te lastimo...
Te lastimo diciéndote que te quiero y que me duele que seas como eres, te lastimo pidiéndote que me busques aún sabiendo que no lo harás, te lastimo cuando te digo con una sonrisa que te extraño y que me duele no verte -claro, porque no me hablas-

Si yo fuera tú no querría hablar conmigo. No querría hablar con alguien que cada vez que me ve me hace sentir mal a la vez que me abraza y me mira con ojos entrecerrados y una sonrisa triste.

¿Por qué te suelto pequeñas dosis de mi veneno acumulado? Si no lo dije a tiempo ¿Por qué no puedo evitar que salga ahora? ¿Por qué no finjo que estoy bien si en verdad quiero que sigamos hablando?

Yo te hago daño... Y no quiero eso... Debo no volver a buscarte, no volver a pedirte nada, no decir nada, ser sólo dos conocidos. Eso es lo mejor porque no puedo ser tu amiga así... No puedo...


miércoles, 9 de enero de 2013

Amarte

Amarte duele... Me duele en el pecho que te extraña... Me duele en la cabeza que no deja de pensarte... Me duele en los dedos que, cansados y sin fuerza, se siguen aferrando a escribir de ti...

Amarte me deja sin fuerza, amarte me agota... Amarte se acaba mi esencia...

Para amarte no tengo que hacer nada, se da natural... Pero así mismo, el dolor es natural, y dolor tan intenso no sentí yo jamás.

Quiero verte, quiero que me vuelvas a amar, si es que alguna vez realmente lo hiciste.

No puedo dejarte de querer, no puedo... Dejar de amarte es ir en contra de lo natural, en contra de mi palabra, en contra de mí...

Pero es que amarte duele...

lunes, 7 de enero de 2013

Él es todo mentiras

Últimamente pienso mucho en él... Mi mente lo trae a mí antes de dormir y termino llorando cada vez.

Sé que yo lo estoy llamando, que yo lo imagino y yo misma me causo esto al seguir pensándolo. Pero yo no lo recordaba tanto. Él comenzó a aparecer en mis sueños sin ningún aviso hasta que se volvió normal. Hasta que sus visitas fueron parte de cada sueño. Y al ser así ¿Cómo no pensarlo?

Él dijo que vendría en este tiempo a verme, pero sé que no lo hará. No creo más en él, su palabra no vale nada ya para mí. No vendrá. Y yo no lo voy a buscar, lo busqué hasta que llegué a odiar el hacerlo para ser ignorada o plantada.

No vendrá, y yo espero no recriminarle nada.

Quiero que sepa lo que hizo pero no quiero que intente disculparse porque no creo tampoco en sus disculpas. No puedes disculpar tantas veces a alguien por lo mismo. Llega un punto en el que simplemente no puedes dejarlo pasar.

No vendrá.

Él es todo mentiras. No vendrá.

No vendrá.

Me toca llorar, pues no vendrá.

No vendrá...

miércoles, 2 de enero de 2013

Nuestra casa


En nuestra casa habrá dos sillas. Dos tazas. Dos platos.

En nuestra casa habrá café y habrá siempre pasta. Tendremos muchas películas, desde las que nos gustaban de niños hasta las que vemos ahora.

En nuestra casa habrá música y canto, se escucharán nuestras voces entonando serenatas para el otro.

Tendremos fotos que nos sirvan para atar memorias, y boletos de cine y teatro que nos recuerden todas aquellas historias.

La cocina será grande y tendrá muchos ingredientes y utensilios para cuando cocinemos. También tendremos velas y un florero que se puedan acomodar en la mesa para improvisar una cena romántica.

Tendremos mantas que sirvan para protegernos aún cuando nos quedemos hasta tarde viendo películas y tendremos un tazón para poner palomitas. La mitad con mantequilla para mí, la mitad con caramelo para tí.

Y compraré una bonita cafetera para ti y aprenderé a hacer postres para que los comas mientras saboreas tu café. Y tú me enseñarás a cocinar spaghetti y yo te enseñaré que para expresarse se puede bailar cualquier música, aunque yo sea pésima en ello.

Y después de cenar saldremos a caminar un rato por el vecindario, tomados del brazo, platicando de lo que hicimos en el día. Luego volveremos y nos vestiremos para dormir con pijamas a juego, tal como imaginabas, la tuya azul y la mía rosa, aún cuando sea un cliché y yo prefiera el azul y tú el morado.

Por las mañanas el sol entrará por la ventana y nos despertará al acariciar con su luz y su calor nuestros rostros. Entonces juntos cocinaremos y nos sentaremos a la mesa a tomar nuestro desayuno, yo me ocultaré del sol para que no lastime mis ojos, y tu fantasma se sentará al otro lado, donde me sonreirá por encima del plato vacío y la taza de café que sólo podrá oler...


Y fingir que nunca prometí nada a nadie...

Tengo que aprender a vivir en un mundo sin ti. Tengo que aprender a ser "feliz" sin ti. Tengo que encontrar algo. Tengo que fingir que no me importa estar sola, que no quiero tener a nadie y que no he querido porque no me ha dado la gana...

Tengo que vivir pretendiendo que nunca nos prometimos un "por siempre", que no me rompí luego de que te fuiste y quedé incapaz de amar. He de hacer como que no te quiero, como que no me importas, como que no quiero volverte a ver.

Debo vivir sin ti y enseñarme a que me guste, pero aunque llegue a lograrlo, sé que a veces me dentendré a pensar cómo estás, dónde vives, qué ves a diario cuando sales o si has cambiado. Me preguntaré cómo sería nuestra vida juntos e intentaré imaginarla. Pensaré en ello, en nuestras casas, cada casa que imagine a lo largo de los años. Todos los hijos que nos ponga, las sonrisas, las comidas. La magia que sentía sólo con tocar tu mano... Pensaré en nosotros, en esa promesa rota de amarnos y lloraré... Lloraré porque sabré que a pesar de todo la he cumplido. Aunque no quiera, aunque pretendiera olvidarte...

Sabré que la seguí cumpliendo porque no amaré a nadie, no podré, simplemente no podré... Lo sabré porque pensaré en ti cuando menos lo espere. Lo sabré porque seguiré pensando en tus hábitos, en tus gestos... Porque tu fantasma desayunará conmigo como tú nunca lo hiciste. Porque me sonreíras mientras tomas tu taza humeante de café al otro lado de la mesa y tus ojos se cerrarán como cada vez que sonríes. Lo sabré porque te veré deseándome un buen día antes de salir. Lo sabré porque mis labios ya marchitos volverán a sentir esa soledad de saber que jamás se encontrarán de nuevo con los tuyos.

Lo sabré porque por las noches tendré que abrazar algo que me haga sentir menos sola. Lo sabré porque la cama será demasiado grande y fría. Lo sabré porque nadie me abrazará para detener mis lágrimas.

Y saldré y fingiré que todo está bien, que me encanta estar sola, que no te extraño, que fuimos solo amigos o si es posible, que nunca te conocí.

Caminaré porque la vida me ha enseñado que no se detendrá, no importa si me estoy muriendo, ella se empeña en continuar. Reiré porque sin risa la mentira estaría incompleta. Y no sé si alguna vez me rinda y termine buscando unos brazos que me reconforten a momentos... Sólo sé que te seguiré queriendo, aunque ya no estés.