martes, 19 de junio de 2012

Sueño

Estoy en algún lugar que no logro ubicar. Estoy ahí con más personas, y te veo... Estás lejos... Pienso en huir, en irme antes de que me veas, antes de que me envenenes con tu sonrisa... Y pienso en acercarme a saludar, en que me veas, que mires hacia acá y, de entre la muchedumbre, distingas mi persona.

Te veo con alguien. No me sorprende...

Opto por partir, me alejo. Salgo de ahí y subo a un camión, el último. Me bajo cuando ya está anocheciendo, estoy en mi antiguo bachi. Por alguna razón, mis compañeros están ahí, les veo con sus uniformes afuera del salón, platicando, como si nada, como cuando apenas entramos.

Me pongo a pensar en esos tiempos. Creo que es una especie de regalo el estarlos viendo así, como si frente a mí hubiese una ventana al pasado, como si me hubiera adentrado en un recuerdo. Pero esta vez yo no formo parte de eso, yo no estoy ahí, yo estoy afuera, pensando en ti, pensando en mi vida antes de conocerte, pensando cómo nunca imaginé hacerlo... ¿Habría sido mejor? A veces me arrepiento ¿sabes? Intento no hacerlo, pero a veces no logro evitarlo...

Va oscureciendo, la calle y la gente están iluminados por una luz azulada y tenue. Aunque no estás ahí, siento tu presencia, como si estuvieses cerca.

Comienzo a caminar, debo volver... Pero termino andando en dirección a tu casa, caminando mientras la luz del sol se desvanece y todo se va iluminando por las luces amarillas de la calle.

Camino y pienso en ti, quiero buscarte, quiero verte, quiero sentirme feliz al tenerte frente a mí... Quiero olvidar... Quiero que no existas, que se me olvide todo. Quiero volver sobre mis propios pasos y dirigirme a casa, pero no puedo. Me quedo dando vueltas en aquel lugar, entre tu hogar y el mío, entre donde tú estás y donde yo debería estar. Me quedo ahí, caminando para un lado, luego regresando, y después volviendo a ir hacia ti. Me quedo sin saber qué hacer, a dónde ir...

Ahí me quedo, sin decidirme por un lugar a donde ir. Entonces abro los ojos al despertar y me pregunto... ¿Qué habría pasado de ir hacia ti? Y... Si no hubiese ido ¿sentiría esta misma incomodidad y duda en el pecho, que siento siempre? Creo que ya no lo sabré jamás.

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