domingo, 22 de diciembre de 2013


Quizá lo que pasa no es que quiera volver a tenerte, sino que sólo quiero tener a alguien y, bueno... Tú has sido el único que alguna vez se interesó en darme una oportunidad...

No sé si sea una especie de crisis por no saber qué haré de mi vida ahora que acabé la escuela pero... Últimamente me está atacando constantemente el pensamiento de que pasaré mi vida sola porque nadie me querrá.

Odio sentirme así

viernes, 13 de diciembre de 2013

A veces me siento tan perdida y vacía que simplemente no me importa un comino lo que tenga que ver contigo.

En cierta manera... Es bueno ¿No?


Soy incapaz de tener una relación normal contigo. Siento que me has ignorado por mucho tiempo y veo que apenas son dos días... Debo estar loca. Muy loca

Espejo

A veces ya no tengo la más mínima idea de quién soy.

Hay días en que me paro frente al espejo y me quedo mirando aturdida la imagen de la persona que está frente a mí...

"¿Quién eres?" deseo preguntarle... Pero sé que cada vez que lo intento no hay respuesta.

Ella, la que tiene todas mis características del lado equivocado, se limita simplemente a remedar en silencio el movimiento de mis labios al articular la pregunta.

No sé si se mofa de mí o si finge no entender lo que digo para así no admitir su ignorancia.

No sé si simplemente no quiere decirme quién es para así poder seguirme haciendo creer que ella es yo. Y es que si yo no sé quién soy yo ¿Cómo puedo saber si somos o no la misma persona?

Y me quedo ahí. Mirándola. Tratando de ver si coincide realmente con el mismo reflejo que he tenido siempre. Repasando cada una de sus características como si así pudiera descifrarla al igual que un arqueólogo que se topa con algún tipo de escritura antigua.

Podría jurar que cuando me volteo pone una mueca burlona. Podría jurar que me desprecia por no saber quién es, por dudar de si ella soy yo.

¿Quién soy?
¿Por qué estoy aquí?


¿Quién soy...?


¿Por qué es que ya no lo sé? ¿Por qué...?

domingo, 17 de noviembre de 2013

Lo que no pude decir - Tranzas


¿Cuándo me ibas a extrañar?
¿Cómo me ibas a esperar?
Si era yo el que te seguía, si yo siempre estaba ahí...
Aunque sé que no debo buscarte mucho, me cuesta no hacerlo. Me cuesta bastante porque hay cosas que sólo te contaba a ti y es difícil quitarse esa costumbre ahora que te vuelvo a hablar.

Sé que no debo, sé que cuando te busco demasiado comienzas a ignorarme. Y es lógico aunque no sea agradable para mí. Digo, si siempre te escribo ¿Cómo va a ser "importante"?

No quiero volver a lo mismo, pero la forma más sencilla de no volver a eso es no comportándome igual que antes. No se trata de si tú haces mal o no. Se trata de que YO no debo seguir tratándote tan cercano. Porque aunque seamos amigos o algo así, no es la misma cercanía. Así que no debo pretender que no pasa nada y que puedo seguir igual.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Me lastimaste de manera que aunque quiera estar contigo, no me preocupa que me vuelvas a romper el corazón porque sé que simplemente no puedo querer igual. Ni a ti ni a nadie. Así que no hay nada que perder realmente
Quiero estar en otro lugar en este momento
Quiero tener otra vida diferente
Quiero que me espere un día que no sé ya cómo termina, un día que se cierre con libertad
Quiero un día de prueba en la vida de alguien más
Quiero estar en donde tú estás leyendo esto y que tú estés aquí encerrado en la rutina desde la que escribo
Quiero liberarme de esto, quiero salir, quiero dejar de sentir que me ahogo

Quiero dejar de estar en el lugar que estoy y quiero dejar de estar estancada como estoy

martes, 5 de noviembre de 2013

Beso

Sentía otra vez esas ganas explosivas de besarlo y abrazarlo. Quería volver a saberlo suyo y volver a ser de él. Quería que de nuevo la abrazara fuerte y le dijera que no pensaba dejarla ir jamás...

Sentía que los labios le ardían ante la necesidad de posarse sobre los de él... Quería acercarse suave y lentamente a él... Hasta encontrarse los dos en un beso ya olvidado y así sentir nuevamente aquellos labios suaves... Delgados... Y tiernos... A los que regaló su primer beso.

Sabiendo que no podía hacerlo, se limitó a poner su mano junto a la suya, rozando así su meñique.

Los labios le dolían de tanto olvido... Apretó sus labios con los ojos cerrados, tratando de recrear en su mente un beso de aquellos. Pero fue inútil, una memoria no superaba a tenerlo a él a su lado, tan cerca...

Él seguía hablando y ella sólo podía pensar en que quería escuchar esa voz a un lado de su oído, hablándole bajito.
Sacó el labial y se lo pasó lentamente por los labios, dibujando la boca de ese hombre sobre la suya.

Él sólo seguía hablando.

Al bajar del auto lo abrazó e inhaló profundamente su aroma, tratando de llenarse de él. Tratando de regalarse aquello, en vista de que no podría obtener un beso...

Entonces simplemente se despidió y lo observó alejarse, y ella se quedó sola con esas ganas impetuosas de agarrarlo de la camisa y jalarlo hacia sus labios... Otra vez

miércoles, 9 de octubre de 2013

La espera

Se abrió la puerta y sonó la pequeña campana del local que anunciaba la entrada de otro cliente. Eran las 3:24pm. Había llegado poco más de media hora antes. Llegó temprano porque la ansiedad no le permitió quedarse en casa luego de estar lista. No estaba muy segura de qué estaba haciendo, sólo sabía que ya estaba haciéndolo.

Avanzó con pasos cortitos hacia una mesa al fondo del local. Se mordía los labios y jugaba nerviosamente con la bufanda. Se sentó en la mesa y fingió leer el menú. Realmente no importaba qué vendieran, sólo quería un café mientras esperaba... Sí, mientras esperaba. Ya había llegado ahí y no se iba a acobardar a esas alturas.

Pidió su café y sacó una libreta donde comenzó a hacer garabatos para no pensar. De vez en cuando se llevaba los dedos a la boca y se mordía las uñas, aunque permanecía concentrada en la hoja blanca.

Realmente no estaba haciendo nada malo ni estaba lastimando a nadie, entonces ¿Por qué estaba preocupada? Bueno, es que esto era algo nuevo para ella. Ella que era tan cerrada, ella que sólo lo había amado a él y después se había sentido tan rota y triste que pensó que permanecería sola de por vida. Y no es que ya no lo sintiera, lo que sucedía es que después de aquello la soledad se volvió más insoportable. Amarlo había sido de esas cosas que, una vez las experimentas, ya no puedes simplemente volver a tu vida normal como si nunca hubieses tenido una probadita de aquella felicidad. De alguna manera, aunque sabía que no quería amar a nadie y pensaba que tampoco la amarían, pues nunca nadie más la había querido, necesitaba consuelo. Necesitaba sentirse protegida y preciada. Necesitaba que alguien la abrazara y, aunque fuera mentira, le ayudara a no sentirse tan abandonada en esta vida.

Por un momento comenzó a dudar, comenzó a preguntarse si estaría mal irse. De cualquier manera, realmente no se conocían, si él la viera en la calle nunca sabría que ella fue quien le plantó.

Tomó su bolso y su bufanda pero cuando se iba a levantar, la campanilla de la puerta sonó. Con una mezcla de emoción y miedo miró hacia la entrada para ver si quien había llegado era su esperado acompañante, pero no lo era. Quienes entraron eran una pareja: un chico y una chica aproximadamente de su edad. Miró como se sentaban cerca de la ventana, a la luz del sol. No como ella, sentada sola en el fondo oscuro del local, como ocultándose. Vio cómo sonreían y jugaban, como se veían felices y de pronto se sintió más triste. Entonces bajó la cabeza y se volvió a acomodar en su lugar.

Permaneció un rato mirando los cuadros en la pared y dando sorbitos a su café, volteando de vez en cuando a ver las formas que tomaba la espuma al mover la taza. Cansada de esperar, se resbaló un poco en la silla, estirando las piernas por debajo de la mesa y se preguntó qué hacía ahí. ¿Qué tan patético era estar esperando a un desconocido con el que había hablado apenas algunas veces sin siquiera haberlo visto en persona? Pero ¿No hacía lo mismo toda la gente? ¿No había sido ella la rara por pensar toda la vida que eso tenía que ser algo serio? Después de todo, eso hacían sus amigas, simplemente conocían a un chico que les agradara y salían con él. Después terminaban siendo pareja ¿Por qué estaría mal que ella hiciera lo mismo? Quizá lo que ella necesitaba era una relación que no fuese seria para poder aprender a tener algo más normal. Quizá no había sido bueno querer tanto a una persona que tardó tanto tiempo en llegar a su vida. Quizá no debió depositar tantos sueños y esperanzas en un simple humano. Quizá era su culpa que le hubiera dolido tanto. Tal vez si no hubiese pensado que al fin tendría su cuento de hadas, no se habría muerto en vida al pensar que había perdido a su compañero. Tal vez no había sido bueno dar tanto y dejarlo instalarse tan adentro de ella.

Sí, necesitaba esto. Lo necesitaba aunque fuera sólo una mentira. Lo necesitaba y lo merecía al igual que todos. Merecía un consuelo aunque fuera falso, y aquel hombre iba a dárselo, y ella se esforzaría por darle a él también compañía y consuelo.

Miró su reloj y vio que era la hora pactada. De tanto pensar no se había percatado del paso del tiempo. Aún le quedaba un trago de café al final de la taza ya fría. Entonces, mientras se preguntaba si él vendría o no, la puerta volvió a abrirse.

Cruzó el umbral un joven de aspecto tranquilo, cabello oscuro hasta la oreja y ojos grandes. Caminaba despacio pero dando pasos grandes con sus zapatos color negro. De sus hombros colgaba una larga bufanda azul. Era la señal ¿Sería él...? Era demasiado bueno para ser verdad, a ella esas cosas nunca le pasaban... Seguro que la plantaría.

Mientras él recorría el local, sus miradas se cruzaron y ella se sonrojó. Él en cambio, le sonrió y caminó hasta su mesa. Luego tomó la otra silla y se sentó. Ella le sonreía sin poder despegar los ojos de la mesa, y las manos de la taza que llevaba en el borde un beso del color de su pintalabios.

-Hola- dijo él con una voz suave.

Entonces, de alguna manera, simplemente supo que ese día comenzaría un nuevo capítulo en su vida.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Nuestra vida pero sin mí

No me había puesto a pensar que así como mucha gente de mi edad se está casando o teniendo hijos, él terminará por hacer lo mismo.
No había pensado que al terminar la escuela, no será lo mismo, y tal vez ya quiera independizarse y hacer su propia familia.

No había pensado que tan pronto llegaría ese día que tanto temo.

No había pensado que si me quedo aquí, corro el riesgo de encontrármelo un día feliz con su familia, mientras yo sigo perdida y sola, sin saber qué quiero...

No quiero verlo cumplir el sueño que teníamos, con alguien más... No quiero ver esas pequeñas versiones de él llamándole "papá", si no fue mi vientre quien los protegió...

No quiero verlo de la mano de otra mujer, estando ella embarazada. No quiero que le diga que se ve hermosa, así como a mí una vez me dijo que me vería si estuviese embarazada.

No quiero verlo tener la vida que planeamos, pero sin mí. No quiero verlo así mientras yo no tengo absolutamente nada. No quiero verlo si me voy a quedar sola... No quiero que llegue ese día, no quiero enterarme...

jueves, 19 de septiembre de 2013

Miel y menta

Nuestros rostros se acercaron. Nuestras manos se tocaron, y entrelazamos nuestros dedos…
Tu respiración y la mía se mezclaban… Tu boca estaba tan cerca… Tus labios se acercaban poco a poco a los míos… Y en medio de esa ansieadad y ese miedo… Finalmente, nuestros labios se encontraron… Timidamente te besé y sentí como me respondías... Contuve mi respiración... Intenté guardar en mi memoria cada detalle y a la vez, no quise distraerme demasiado para no perderme ese momento... 

… El sabor que tus labios guardaban, se mezcló el sabor de los míos… Y un dejo de miel y menta adornó aquel mágico beso…
Aquel instante me pareció eterno… Pensé que no quería separarme nunca de tí...


... Y entonces desperté y me di cuenta de que me encontraba sola en medio de la madrugada... Que había sido un sueño... Que seguía sin tí... Sin tus labios... Sin aquel sabor que a pesar de todo, había quedado tatuado en mi mente...

Gracias (15/10/2011)

Tú llegaste como una fresca y dulce primavera al bosque congelado que era mi corazón. Poco a poco fuiste quitando la nieve. Tomaste tu calidez y la condesaste en un sol que calentaba y alumbraba, y poco a poco, con tus cuidados, el bosque comenzó a florecer. Se convirtió en un hermoso jardín como jamás pensé que podría llegar a ser...

El tiempo que has estado conmigo ha sido el más feliz... Nunca me había sentido tan afortunada de ser yo, nunca había pensado qué mala suerte tenían los demás por no estar en mis zapatos. Nunca fui tan feliz de ser yo. De ser como era. Nunca sentí con tanta fuerza las ganas de vivir.

Has sido una fresca brisa que cada día me hacía sentir con ganas de caminar y de ser feliz. Tú hacías que los colores fueran más brillantes, hacías que valiera la pena levantarse...

Antes y después de tí soy dos personas distintas, y aunque me equivoque muchas veces, presumo que soy mejor porque tengo una parte de ti y eso nadie jamás me lo quitará.

No sé si estaremos juntos siempre como deseábamos o si esto terminará... Pero ahora que aún queda algo... Quiero agradecerte por todo... Por lo bueno, por lo malo... Por cada palabra, por cada mirada, por cada silencio, cada sentimiento, pensamiento, caricia, beso, abrazo, cada segundo... Por quererme tanto... Por encontrarme hermosa, a pesar de todo... Por querer arreglar las cosas en lugar de enfadarnos y dejarnos de hablar... Por ser tu amor... Por ser tu niña, por ser tu cielo, tu vida, tu corazón... Por ser tu milagro... Tu Chío, tu Rocío... Por cada canción, por cada sonrisa, por cada idea, por cada cosa que me diste... Por lo malo también... Porque la razón de que duela tanto es que te amo como nunca pensé que lo haría... Y a pesar de todo... No importa qué tan mal me sienta... Eres y sé que por un tiempo más seguirás siendo... Lo más bello y maravilloso que me ha sucedido en esta vida... Te lo prometo...

17/10/2011

Llega la noche y la poca fuerza que reuní en el día se agota...

Me meto a la cama temprano y comienzo a llorar, dejo que el dolor me controle
Hundo la cabeza en la almohada y ahogo mis gritos...
Digo tu nombre y pregunto una y otra vez "¿Por qué? ¿Por qué? ¡¿POR QUÉ?!"
Digo nuevamente tu nombre... Me quedo quieta unos minutos...
 
Abrazo la almohada, la aprieto con todas mis fuerzas y la beso pensando que eres tú
Sigo llorando...
Abrazo las mantas... Imagino que me abrazas...
 
Y me da frío... Comienzo a temblar... Me abrazo a mí misma... Me cubro de nuevo
 
Me muero un rato... Me quedo quieta en la oscuridad...
Busco la manera de sedarme...
Cierro los ojos y una voz dentro de mí intenta callar a las que me torturan...
 
Me quedo dormida... Despierto varias veces... Hasta que al final llega la mañana...
Te lloro un poco más...
 
La gente se levanta, hace sus cosas, los escucho salir de sus casas, los escucho hablar por teléfono...
Yo me quedo mirando la pared, en mi cama, tratando de olvidar que no te tengo...
Yo siempre pertenecí a la soledad... Ella es mi compañera eterna... Ella me besa y me hace el amor ahora que tú ya no estás...
Ella me acaricia el cabello y me habla del futuro... De como siempre regreso a ella... De como no puedo alejarme por siempre de ella...
Y a mí no me importa nada, mientras finja que me ama... Mientras sienta que alguien espera por mí, me da lo mismo si es la soledad o el dolor... Me dan lo mismo... Los dos son muy similares...

Estoy aquí bailando con la soledad y el dolor... Llevo un bello vestido que se mueve graciosamente al girar... Bailo una canción con uno, y la siguiente con el otro... Así hasta llegar a la locura

Por hoy quiero no sentir

Hoy quiero pensar que el amor no existe… Que nadie jamás me querrá…

Que no volveré a llorar…

Hoy quiero pensar que nada importa y que puedo llorar hasta ahogarme con mis propias lágrimas… Quiero soltarte… Dejar que te vayas…

Por hoy quiero olvidar promesas de amor, quiero olvidar lo que son las caricias y los besos. Quiero quitarle a mi corazón la sábana que lo cubre y dejarlo expuesto…
Quiero que recuerde qué es estar solo… Quiero que recuerde que puede hacerlo…
Quiero bajarlo de la maldita nube esponjosa en la que se encontraba…

Y no es que estuviera mal que hubiera llegado ahí… Lo que sucede es que al irte, la nube dejó de ser de simple vapor y se convirtió en veneno…

Por hoy déjame sentir que nadie me querrá jamás… Que a nadie le volveré a gustar y que yo no gustaré de nadie…

Necesito apagarme… Necesito dejar de sentir…

jueves, 4 de julio de 2013

La douleur

El dolor comparte un efecto con las drogas, y es que entre más dolor sientes, más insensible te vuelves.
El dolor es como un sedante que no te permite sentir otra cosa. El dolor es egoísta y no quiere que entiendas cosas como la empatía, la paz o la felicidad. El dolor quiere que sólo lo vivas a él.

Uno de los problemas con el dolor es que te vuelves apático a todo lo que te rodea. Es como si de tanto sufrir, ya nada más pudiera lastimarte... Es como si estuvieras vacío pero al mismo tiempo todo ese espacio estuviera ocupado por el dolor.

Y no te emocionas, y no eres feliz, y no lloras por otras cosas y nada te importa. Porque toda tu fuerza se concentra en mantener al dolor a raya para poder seguir caminando. No tienes más, no te queda más.

Al dolor le gusta habitar ahí donde el cuerpo y el alma se unen. Le gusta meterse a la médula para que te duela el más mínimo movimiento...

Al dolor le gusta tenernos postrados con la respiración agitada, los ojos nublados, el rostro mojado y la cabeza aturdida.

Al dolor le gusta que gritemos, le da placer vernos retorcer por su causa...

Pero lo peor de todo no es qué tan ruin pueda ser el dolor... Lo peor de todo es que nos acostumbramos a él y casi le necesitamos. El dolor se vuelve nuestra droga porque ha sido nuestra única compañía mientras sufríamos. De manera que nos enamoramos de esa sensación de vacío y sufrimiento, y le hacemos  canciones, le bailamos, le escribimos, hacemos películas y poemas en su honor...

Amamos al dolor. Pues de tanto sentirlo, nuestra cordura termina por retorcerce y terminamos por convertirnos en unos masoquistas.

Y es que díganme, cuando el dolor se va ¿Qué es lo que queda?

lunes, 1 de julio de 2013

Quizá las promesas hechas en la oscuridad no cuentan

Siendo yo tan distante, tan aíslada...

¿En qué momento permití que mi alma se conectara tan intimamente con la de alguien cuya vida yo no puedo controlar?

Diferencia entre tú y yo

Si yo me fuera para siempre, tú seguirías feliz con tu vida.

Si tú te fueras para siempre, lo mío ya no podría llamarse vida...

Repetitivo

Cuando te hieren incontables veces de la misma manera, con la misma arma, con la misma mano... Llega un punto en que ya no sientes de manera natural.

Llega un punto en que te duelen todos los golpes acumulados, pero así mismo, la herida no es tan profunda como las primeras veces.

Y si cada vez, esa afrenta viene acompañada de una disculpa. La disculpa pierde credibilidad con cada vez. La disculpa se convierte sólo en un sonido sin significado. Es sólo un montón de ruido que ya no dice nada

Necesito que me necesites

Cuando una persona te defrauda una y otra y otra y otra vez...
Cuando no se comporta como alguien que quiere a otra persona.
Cuando te dice "te quiero" pero no te habla por meses y si tú le hablas te ignora...
Cuando te dice que va a escribir más pero no lo hace.
Cuando te deja de abrazar.
Cuando te dice que ahora de verdad va a tratar de escribir...
Cuando te dice que intentará no desaparecer...
Cuando se disculpa mil veces pero no deja de lastimarte por la misma causa...
Cuando ya ni siquiera promete intentar no desaparecer...
Cuando alguien que adoras te lastima...

¿Cómo puedes seguirle creyendo? ¿Cómo puedes seguir sintiendo calidez en tu corazón al verle?

¿Cómo...?

Yo no puedo hacerlo... Yo no siento paz... Yo siento ansiedad, miedo...

Yo siento la necesidad de que esa persona me necesite...

Yo preciso que me diga una y otra vez que me quiere, porque quiero creérmelo de verdad...


¿De qué sirve pedir disculpas si no se va a corregir la ofensa? ¿De qué sirve un "te quiero" que no quiere? ¿De qué sirve una promesa de papel?

domingo, 30 de junio de 2013

Mi innegable

Heme aquí, despierta a las 3:54 pero no sólo porque esté utilizando la computadora, no. La razón por la que espero es porque estoy hablando con esa persona que ya no me adora, con esa persona que tantas veces me plantó y que dejó de demostrarme amor de la noche a la mañana.

¿Por qué? No lo sé, simplemente no puedo decirle que no a ese hombre. Puedo no buscarlo, puedo ignorarlo, puedo tratar de ser fría. Pero si me habla, si me sonríe, si me mira... Si me trata bien, vuelvo a hablarle normal. Vuelvo a decirle que lo quiero, aunque ahora sólo si lo dice él primero.

Es una persona única en mi vida a la que es, quizá, imposible negarle algo.

Y sé que no es sano. Y sé que debería dejarlo salir de mi vida para poder avanzar y no cargar con este equipaje... Pero es que simplemente no lo logro.

Lo mejor que puedo hacer es esperar que el tiempo se lo lleve y lo deje como un recuerdo feliz. Como una persona con quien perdí contacto pero no por una pelea o algo triste, sino porque la vida así lo decidió.

Y sé que buscamos rumbos distintos, y sé que entre más quiera verlo, más lejos estará de mí... Sé que si ahora me es imposible alcanzarlo si él mismo no se pone frente a mí... En el futuro llegará un momento en que por más que estire mi mano, mis dedos simplemente no lograrán rozarlo.

Es mi innegable pero no porque no pueda negarlo, que es cierto, no puedo... Sino porque no puedo negarle nada. Si me habla de manera que parezca apreciarme, yo no puedo decirle que no. Yo no puedo dormir así nadamás y dejarlo hablando solo. Yo no puedo verlo y no querer abrazarlo y besar su rostro. Yo no puedo evitar ahogar la costumbre de darle un beso en la frente al despedirnos y decirle "buenas noches..." aunque sean las diez de la mañana.

Y estoy aquí, sabiendo que ya debe estar durmiendo, pues no ha contestado. Estoy aquí, esperando por si despierta y me desea que pase una buena noche y tenga dulces sueños. Esperando que me mande un abrazo para poder dormir cómoda pensando que alguien allá afuera desea que mi sueño sea perfecto.

jueves, 20 de junio de 2013

Antes de dormir

Apagó la luz y se recostó en la oscuridad con la ventana abierta, preparándose así para dormir. Frías y diminutas gotas de lluvia caían en sus pies ocasionalmente como pequeños alfileres, pero eso no le molestaba. En realidad no quería cerrar la ventana. Amaba la brisa suave, amaba la lluvia fría que contrastaba con el calor insoportable del verano y amaba también, por qué no, los rugidos que producían las nubes al chocar entre sí.

No tenía sueño ni creía poder dormir, así que se quedó con los ojos abiertos en la oscuridad, tratando de encontrar formas nuevas en lo que eran sus alrededores ya conocidos pero que a la débil luz de la luna cambiaban y se transformaban en otros fantásticos. Buscaba algo con qué crear una historia. Siempre pensaba que sería genial dormirse inventando una aventura para dejar que su cerebro ya dormido, y por lo tanto sin límites, la continuara de manera extraordinaria, como ella nunca podría hacer estando despierta. No obstante, sabía que de suceder aquello, al despertar no recordaría nada y nunca podría comprobar si realmente alguna vez tuvo tan plácido sueño.

Cerró los ojos y se concentró en el sonido de la lluvia cayendo y golpeando su techo, se preguntó qué diría este si pudiera hablar. Seguramente protestaría por tener que quedarse cubriendo el sol, la lluvia, el granizo, la nieve... Aunque por otro lado ¿Y si al tejado le gustara su trabajo? ¿Y si le encantara poder sentir la caricia de los primeros rayos del amanecer? ¿Y si se burlaba de ella por no poder dormir bajo las gotas cristalinas que rara vez el cielo les ofrecía? ¿Qué tal si el techo estuviera enamorado del cielo nocturno y por cada una de las estrellas que hay ofreciera un suspiro ilusionado? Y el techo, si tuviera conciencia ¿Bostezaría y se estiraría también cada mañana como ella?

Imaginó entonces un techo con cuatro pilares en sus vértices. Lo imaginó estirándose como un gato que arquea el lomo. Lo imaginó emitiendo un bostezo y después volviendo a relajarse para dormir sostenido por las paredes.

De pronto notó que las gotas de lluvia dejaban de caer y ese sonido tan relajante de las gotas golpeteándolo todo, disminuía de volumen. Sintió lástima por la noche, y la imaginó como una mujer con un vestido negro y largo lleno de pequeños diamantes, que se baja de un hermoso carruaje antiguo al volver a casa luego de una maravillosa velada para simplemente reincorporarse a su vida cotidiana sin ningún tipo de emoción ni romance. Pobre noche, tan bella y tan menospreciada, pues la gente la desperdiciaba durmiendo y no admiraban su belleza ni respiraban el aroma de su perfume. Un aroma que contenía las más deliciosas y fragantes flores mezcladas con una inmensa melancolía. Y es que la melancolía, la soledad y la tristeza, aunque la gente no lo quiera ver, pueden crear también cosas hermosas.

Comenzó a jugar con sus pies, moviéndolos lenta y graciosamente como haciendo una coreografía donde ellos fueran la estrella. Tarareó una canción en francés que, aunque no sabía qué decía, le parecía que sonaba preciosa.

Después de un rato le comenzó a doler la espalda por estar en la misma posición. Se puso de lado y abrazó la almohada como si fuera un oso de peluche que la ayudaría a dormir más cómoda. Comenzó a relajarse y a dejarse llevar por el sueño y entonces, de la nada, sintió que la almohada era él e inconscientemente la acomodó de tal forma que fuera una réplica exacta de su anatomía. Se recostó en su pecho y su mente le regaló la sensación de aquel brazo conocido que la abrazaba tiernamente como diciéndole: Duerme, yo estaré a tu lado hasta que despiertes.

Hundió su nariz en la almohada e inhaló. Aunque no olía a él, ella conocía su fragancia tan bien que no necesitaba tenerlo cerca para poder percibirla. Entonces sonrió y sólo se entregó a esa memoria. A esa historia que no era una gran aventura pero que sí era un hermoso sueño donde no había que temer y donde podía regresar a quererlo como si nada hubiera pasado. Donde podía desenterrar aquel amor y librarlo de toda mancha para cobijarse los dos en él. Y entonces... Poco a poco... Sintió que su cuerpo pesaba menos... Sintió que estaba feliz... Y simplemente, en los brazos de aquel sueño... Finalmente cayó dormida...


Y crecí y entonces supe que no fui como planeaba

A veces me pregunto porqué ya casi no escribo ni pienso. A veces me pregunto porqué dejé de ser un ser racional y me convertí en un robot cuyo descanso tiene su propia rutina.

Me fui acostumbrando a buscar el placer que estaba a mi alcance, me acostumbré a comer, a ver tele, a ver series, a leer manga... Y todo eso está bien, son cosas me me gustan, pero ¿Por qué dejé de quebrarme la cabeza de tanto tratar de descifrar el mundo y a sus habitantes? ¿Por qué dejé de devorarme libros en un día o dos? ¿Por qué olvidé dejarme el alma en un dibujo, pasando horas y horas perfeccionándolo? ¿Por qué me acostumbré a tener una rutina? ¿Por qué cuando quiero descansar, en lugar de descansar, sólo cambio a otra de mis rutinas como quien cambia un cd?

Voy a la escuela, regreso, como, veo unas series, hago tarea, duermo... Despierto y hago lo mismo.

Me gusta salir, me gusta pensar mejor de mí, me gusta tratar de quereme más y me gusta salir con mis amigos.

Pero en otros aspectos yo era más, yo me preguntaba ¿Por qué?, yo observaba a la gente y los conocía aún sin haber hablado con ellos. Yo era más considerada. Yo me entretenía viendo cosas que los demás no notaban o que no les prestaban importancia, pero la gente lo ve raro, así que quizá sea mejor si dejo de hacerlo en público. Poco a poco, mientras ganaba unas cosas, me fui perdiendo. Extraño ser yo, extraño esa pasión que sentía al dibujar. Odio ser vacía, odio ser hueca, odio no pensar. Odio pasar los días dándome cuenta de que no tengo opinión con respecto a muchos temas porque no me doy el tiempo de repasarlos y pensar si hago bien en comportarme como lo hago.

Y me quejo, me quejo de todo. Me quejo del clima, me quejo de mi estado de ánimo, me quejo de la gente, me quejo de las formas, me quejo de las cosas, me quejo de que cualquier cosa sea diferente a como yo quiero. Y está bien quejarse... Pero quejarme no debería ser la única forma que tenga de expresarme.

Odio no hacer nada productivo en mi tiempo libre. Odio no hacer nada que me sirva de algo que no sea sólo momentáneo. Odio ver cómo voy perdiendo mi habilidad para dibujar... Odio como ya no puedo escribir como antes... Odio como mi cuerpo se va deteriorando y ablandando por la falta de uso.

¿Y saben porqué "no escribo"? Porque no tengo tiempo, porque es más fácil entretenerse con otras cosas. Porque no me da la gana, realmente.

Siento que si es algo que disfruto, debería hacerlo más. Y debería volver a apreciar el tiempo a solas, y debería despegarme las sábanas y debería dejar de buscar qué hacer cuando hay tanto a mí alrededor pidiéndome atención a gritos.

Odio como me fui perdiendo y acostumbrando, como me dijo una vez alguien: adaptarme. Odio como me perdí en el proceso. Porque claro, antes yo no hablaba con nadie, antes era sólo una observadora a distancia. Pero ahora que quiero participar, creo que debería seguir siendo yo y debería aportar algo a lo que me rodea. Debería decir cosas buenas en lugar de quejarme de lo que ya está y no puedo controlar.

No se supone que yo fuera así ¿Qué me pasó? Creo que poco a poco me voy recuperando, pero a veces simplemente no me comprendo. Aunque dudo ser la única.

Espero poder despertar las partes buenas que fueron sedadas para poder encajar con los demás, y espero seguir mejorando y conservar las cosas buenas que he ido ganando, aprendiendo y desarrollando.

lunes, 20 de mayo de 2013

No es justo

No es justo que por ser mujer tenga que casarme con alguien que se ocupe de mí.

No es justo que se espere de mí, como si fuera mi obligación, que en un futuro lleve en mis entrañas al producto de esa relación, sana o no, sólo porque tengo la capacidad de llevar otra vida dentro de mi vientre.

No es justo que por ser mujer tenga que sentarme a llorar los problemas en lugar de remangarme la blusa y meterme al fango para arreglarlos.

No es justo que cuando me valgo de mi propia mano para solucionar las cosas, se me robe mi femineidad porque eso "es cosa de hombres".

No es justo que las abuelas enseñen a las madres a ser dependientes de los hombres y que después las madres transmitan eso a sus hijas.

No es justo que las mismas mujeres vean a otras por encima del hombro sólo porque pueden arreglar sus problemas.

No es justo que a mí no se me trate con cuidado porque soy de uso rudo.

No es justo que se me lastime porque yo no hago un berrinche para que me rueguen.

No es justo que por no hacer un berrinche piensen que soy de roca y no siento.

No es justo que la gente me traicione una y otra vez porque los perdono fácilmente.

No es justo que me dejen sola porque, a diferencia de otras mujeres, me gusta buscar una solución cuando necesito algo.

No es justo que por no ponerme faldas y tacones se piense que no me pueden gustar los hombres, cuando si no tengo a nadie, es porque ellos no me quieren.

No es justo que me roben el derecho a ser llamada "bonita" o a ser tierna.

No es justo que por tratar de ser fuerte no se me permita llorar y tener momentos de debilidad.

No es justo que me desprecien con la mirada.

No es justo que me traten como si fuera un hombre.



No es justo que me toque jugar a ser "el sexo débil" cuando yo no quiero ser débil...

sábado, 18 de mayo de 2013

Sábado





Los sábados no puedo evitar buscarte con la mirada y la mente al saberte tan cerca. Al saber que estamos tan sólo a una explanada de distancia.

Y voy y me adentro a tus terrenos, camino despacio sintiendo cada paso, absorbiendo cada color, cada olor, memorizando cada sombra y figura para poder buscarte entre ellas. Siendo sinceros, no sé para qué te busco. Dudo que una felicidad ya muy antigua justifique todas estas calamidades.

Y no obstante, no puedo evitar que mis ojos miren de un lado a otro para buscarte... Lo único que puedo hacer es detener mis manos para evitar que te acaricien y apretar mis labios para que no busquen a los tuyos.

Yo te quiero pero no te quiero. Si, sé que no me entiendes, por favor permite que te explique... Te quiero porque me importas, porque te extraño, porque te anhelo... Porque deseo con fervor que nada hubiese sucedido y tus sentimientos hacia mí no se hubieran agotado... Sin embargo, no te quiero porque por ti he llorado tanto y tantas veces... Por ti casi me muero, por ti estoy vacía... Y además de todo te desprecio con locura...

domingo, 12 de mayo de 2013

La soledad duele más, luego de perder a la persona con quien creíste que pasarías tu vida entera...

lunes, 6 de mayo de 2013

Después de ti, después de mí

Yo siempre traté de cuidar de mí misma. Aunque necesitaba quien me escuchara y quería sentir que le importaba a alguien, a fin de cuentas desde muy pequeña era Rocío quien cuidaba de Rocío. Nadie más.

Yo podía sobrellevar los problemas y, de alguna manera u otra, lograba sobrevivir y salir adelante. Yo me esforzaba por ser feliz, y aunque no lo fuera mucho, al menos sabía que en caso de necesitarlo podía ser fuerte...

Y no fue sino hasta que dejaste de ser mi cielo que comprendí lo que en realidad significaba necesitar a alguien.

Estando contigo sentía que te necesitaba, si, pero era una manera distinta de necesitar. Más que necesitarte, era quererte. Pero cuando te fuiste... ¡Oh! Cuando te fuiste yo me quedé tendida en el suelo llena de tierra como si fuese un trapo viejo que nadie quiere ni querrá nunca más.

Fue cuando tuve que arreglármelas yo sola que me di cuenta de lo inútil que me había vuelto.
Fue hasta ese entonces que noté que ya no tenía la misma fortaleza que antes porque pues... No la había necesitado tanto desde hace mucho tiempo. Siempre estabas tú conmigo, siempre sabía que podías darme fuerzas si me faltaban...

Fue cuando me quedé sola y abandonada a media carretera que la soledad y la depresión me volvieron a encontrar. Y como una prostituta que escapa del burdel, me golpearon hasta dejarme medio muerta por atreverme a soñar. Por huir de ellas pensando que un buen hombre se enamoró de mí y me alejaría de esa vida. Vinieron y me golpearon hasta dejarme el cuerpo molido y completamente púrpura. Y después de eso se mofaron de mí al ver que había perdido mi corazón, fue como si me hubieran dicho:
-Después de esto nunca más serás capaz de huir, tú nos perteneces y no dejaremos que vayas a ningún otro lugar. Y ahora, niñita estúpida, niñita tonta... Ahora nunca más serás capaz de soñar... Jajajaja
 La soledad duele mucho cuando regresa, luego de que estás segura de que no la volverás a sentir... Duele incluso más que la primera vez porque no se da de forma gradual, sino que llega de manera explosiva a hacerte sufrir... A recordarte que no serás feliz, no importa cuántos años pasen o cuánto te esfuerces...


sábado, 4 de mayo de 2013

Envejecí

No sé bien cómo decir esto, así que lo escribiré como vaya saliendo...

Desde que te fuiste me quedé vacía, sin sueños, sin ganas, sin fe, sin esperanza, sin nada... Me quedé completamente vacía luego de haber ganado muchísmos sueños y cosas... Perdí lo que me diste, lo que yo desarrollé a tu lado, y perdí partes de mí que siempre había tenido. En resumen, siento que

Envejecí

Mis días los veo algo así:

Abro los ojos y de pronto ya soy mayor. De pronto mi vida se acabó y las ilusiones ya no existen.
Abro los ojos y me encuentro sola en el mundo.
Abro los ojos y recuerdo que mi amor ya murió y yo estoy obligada a seguir viviendo así, sola.

Me levanto y me miro en el espejo por un momento. Conforme pasa el tiempo encuentro más defectos, tantos que ya no sé si son reales o sólo es mi estado de ánimo que no me deja ver claramente. Aunque a pesar de eso, no me desprecio como hacía antes.

A partir de aquí entro en una especie de "piloto automático" donde trato vivir y hacer las cosas, pero realmente no soy nada más que un cascarón vacío que camina entre las personas.

Camino, río, hablo... Pero al final del día vuelvo a recordar que estoy vacía. Al final del día regreso a mi estado normal y me vuelvo a sentir sola, triste y olvidada.

Al terminar el día vuelvo a recordar que simplemente estoy "viviendo" mientras espero a que llegue el fin de mi vida física. Mientras espero unos diez años a que todo termine, porque ya sabes, yo envejecí...

lunes, 29 de abril de 2013

Y si...

¿Y si me duermo y no hice mi tarea?
¿Y si me duermo y no fui a caminar como había dicho?
¿Y si me duermo y simplemente acabo con esta pena de extrañarte?
¿Y si me duermo y me olvido de todo?
¿Y si me duermo para dejar de sentir?

¿Y si me duermo y no vuelvo a despertar?
Y si fuera así ¿Llorarías por mí?

¿Qué tal si de ahora en adelante sólo duermo...?

sábado, 6 de abril de 2013

Si yo era tan "genial" y tan "hermosa", entonces ¿Por qué me cambiaste por alguien que con su actitud logró que dijeras "estoy harto de ella"?

Simplemente no lo entiendo ¿Por qué...?

Del 28 de Enero del 2013

Siempre que salgo tarde pienso en él. Salgo de noche y me siento sola porque recuerdo todas las veces que lo esperé a que saliera para poder irnos juntos.

Éramos amigos pero al entrar al auto nos besábamos dulcemente e iniciábamos la conversación con un:

-¿Cómo estuvo tu día, cielo?
Hablábamos entonces de todo lo ocurrido y volvíamos juntos, felices. Pero ahora regrso sola, ahora nadie me abraza ni me llama corazón, nadie me ve con los ojos llenos de ternura y me dice que me extrañó.

Ahora vuelvo sola y en silencio en el auto que parce estar más frío que nunca.

Y las noches en la escuela siempre me lo traen a la mente... Siempre...
Yo sólo quiero... Nada

Si o no

A veces me preguntó porqué te tomé la palabra cuando dijiste que querías ser mi amigo, que te importaba mucho y no querías perderme por completo. Seamos honestos: Tenerte cerca me habría hecho aún más complicado olvidarte.

Yo no quería ser tu amiga, yo quería ser tu cielo como antes. Yo quería que me siguieras abrazando porque lo necesitaba, porque te necesitaba.

Yo no quería terminar, yo pensé que mientras no tuvieras a alguien más (y mira que fui ingenua porque ya la tenías) me podrías volver a amar. No. Volverme a amar no. Podrías darte cuenta de que aún me amabas.

Eso nunca pasó. Y ahora no somos amigos. Ahora no somos nada. Ahora te saludo y me saludas con tu nueva novia y yo me pregunto si en verdad puedes ser tan ciego para "creerme" que todo está bien.

Quizá a veces sea demasiado buena fingiendo demencia, más de lo que me conviene, aunque... ¿Me conviene que puedas seguirme leyendo? Ya no sé, no sé qué es mejor. Supongo que no hay ninguna opción que me satisfaga excepto por aquella ilusión imposible de volver al pasado.

martes, 2 de abril de 2013

A él le gustaba el papel de príncipe encantado...
Ella, aún sin admitirlo, necesitaba urgentemente que la rescataran...

Todo terminó en desastre como ahora podemos ver

Él siguió "rescatando" a otras personas.
Ella murió por dentro y nunca más quiso conocer a otro príncipe...

Dicen que ahora escribe en este blog para aminorar sus penas

miércoles, 20 de marzo de 2013

Necesito que alguien que prefiero pensar que ya no existe venga a abrazarme, besarme y consolarme por estar viva

Necesito que esa persona me cuide para poder dormir

Necesito que me quiera...

Lo necesito a él...

lunes, 18 de marzo de 2013

Deseos irracionales

Tengo esa desesperación tan característica de querer algo que sabes imposible.
Necesito estar en otro lugar... En otro tiempo...
Tengo un hambre insaciable de volver a algo que ya no es...
Las ansias me consumen los huesos por tanta soledad

Quiero volver
Necesito volver
Voy a enloquecer si sigo aquí

No es que no quiera aceptar la realidad, es que simplemente esta no puede ser la realidad

A veces, cuando recuerdo que lo que preciso es imposible de obtener, que nadie puede dármelo... Entonces comienzo a imaginar que en otro espacio, en otro tiempo, en otra realidad... He vuelto a aquello...

No... No es que haya vuelto, es que nunca terminó. En ese universo paralelo yo soy feliz, yo tengo un motivo para vivir, tengo fuerzas... No estoy sola, no lo estaré nunca más... Tengo planes y tengo lo que necesito para cumplirlo... Tengo paz...

En esa realidad, finalmente tengo ganas de vivir...

lunes, 11 de marzo de 2013

Crónica de una asmática

Me despierto varias veces en la noche porque no puedo respirar bien. Me levanto, me siento en la cama y me quedo así, sentada, con la cabeza agachada, tratando de inhalar todo el aire posible antes de levantarme.

Me pongo de pie y comienzo a caminar despacio por la casa, hago pausas para poder recuperar el aliento. Me duele el huequito ese que está entre las clavículas, de tanto hacer esfuerzo para respirar.

Me alisto despacio y me voy a la escuela. Camino lento, tan lento como la hora me lo permita. Subo al segundo piso mientras me concentro y me digo a mí misma mentalmente -Tú puedes, tú puedes, sólo un poco más, no es la gran cosa...-. Agacho la cabeza y abro las fosas nasales más de lo normal en un intento vano por tomar más aire. Abro la boca para tratar de inhalar con más fuerza al irme desesperando pero cuando hago esto más resiento la falta de aire. El corazón se me acelera, tengo demasiado sueño por la falta de oxígeno, creo que me quedaré dormida caminando y caeré... Camino más despacio o me detengo. Mi respiración está agitadísima, comienzo a llorar por la desesperación. Pero, momento... Se me cierra la garganta por el llanto, no debo llorar, me duele mucho la garganta y no me pasa nada de aire.

Me calmo para poder respirar, luego sigo caminando. Voy tarde, pero si acelero el paso lo pasaré mal. Sigo caminando despacio. Se me acaba el aire. ¿Falta mucho para llegar?

...

La noche es horrible. Hora de dormir, hora de recostarse y relajarse, pero ¿Cómo relajarse cuando no se puede respirar?

Te pasas la noche volteándote, tratando de encontrar una posición en que estés "no tan incómoda". Quieres llorar, quieres llorar por tanta desesperación, porque uno no debería tener problemas para algo tan sencillo como que te entre el aire...

Quieres llorar y no puedes, porque si lloras se te cierra la garganta y no respiras absolutamente nada. Te duele la garganta al cerrarse y entonces tratas de llorar sólo con lágrimas. Es injusto que uno no pueda permitirse ni llorar al estar desesperado. Es tremendamente injusto...

Afortunadamente, yo no vivo así, se me desencadena con alergias, con frío al dormir, con el humo de cigarro (odio estar con fumadores), entre otras cosas. Hay gente que se pasa años así, internada. Gente que su modo de vida normal es estar con oxigeno en un hospital. Gente que para ellos eso es la vida. Yo no podría llamar vida a eso. Yo no soporto que me dé unas dos o más veces al año. No soporto ahogarme y que cada vez que me enferme quede peor. A mí me gustaba mucho correr, ahora no sólo tengo asma, también tengo lastimadas las rodillas, así que de correr nada.

Odio el asma, creo que es lo que más odio de mi vida.

viernes, 8 de febrero de 2013

miércoles, 30 de enero de 2013

Todo comenzó un miércoles y terminó también un miércoles.

Tú me lastimas, yo te lastimo

¿Por qué soy así contigo? ¿Por qué si nunca te veo, te reclamo de forma tan ruin...?
Y es que yo no te insulto, no te grito, no te agredo fisicamente... Pero te lastimo...
Te lastimo diciéndote que te quiero y que me duele que seas como eres, te lastimo pidiéndote que me busques aún sabiendo que no lo harás, te lastimo cuando te digo con una sonrisa que te extraño y que me duele no verte -claro, porque no me hablas-

Si yo fuera tú no querría hablar conmigo. No querría hablar con alguien que cada vez que me ve me hace sentir mal a la vez que me abraza y me mira con ojos entrecerrados y una sonrisa triste.

¿Por qué te suelto pequeñas dosis de mi veneno acumulado? Si no lo dije a tiempo ¿Por qué no puedo evitar que salga ahora? ¿Por qué no finjo que estoy bien si en verdad quiero que sigamos hablando?

Yo te hago daño... Y no quiero eso... Debo no volver a buscarte, no volver a pedirte nada, no decir nada, ser sólo dos conocidos. Eso es lo mejor porque no puedo ser tu amiga así... No puedo...


miércoles, 9 de enero de 2013

Amarte

Amarte duele... Me duele en el pecho que te extraña... Me duele en la cabeza que no deja de pensarte... Me duele en los dedos que, cansados y sin fuerza, se siguen aferrando a escribir de ti...

Amarte me deja sin fuerza, amarte me agota... Amarte se acaba mi esencia...

Para amarte no tengo que hacer nada, se da natural... Pero así mismo, el dolor es natural, y dolor tan intenso no sentí yo jamás.

Quiero verte, quiero que me vuelvas a amar, si es que alguna vez realmente lo hiciste.

No puedo dejarte de querer, no puedo... Dejar de amarte es ir en contra de lo natural, en contra de mi palabra, en contra de mí...

Pero es que amarte duele...

lunes, 7 de enero de 2013

Él es todo mentiras

Últimamente pienso mucho en él... Mi mente lo trae a mí antes de dormir y termino llorando cada vez.

Sé que yo lo estoy llamando, que yo lo imagino y yo misma me causo esto al seguir pensándolo. Pero yo no lo recordaba tanto. Él comenzó a aparecer en mis sueños sin ningún aviso hasta que se volvió normal. Hasta que sus visitas fueron parte de cada sueño. Y al ser así ¿Cómo no pensarlo?

Él dijo que vendría en este tiempo a verme, pero sé que no lo hará. No creo más en él, su palabra no vale nada ya para mí. No vendrá. Y yo no lo voy a buscar, lo busqué hasta que llegué a odiar el hacerlo para ser ignorada o plantada.

No vendrá, y yo espero no recriminarle nada.

Quiero que sepa lo que hizo pero no quiero que intente disculparse porque no creo tampoco en sus disculpas. No puedes disculpar tantas veces a alguien por lo mismo. Llega un punto en el que simplemente no puedes dejarlo pasar.

No vendrá.

Él es todo mentiras. No vendrá.

No vendrá.

Me toca llorar, pues no vendrá.

No vendrá...

miércoles, 2 de enero de 2013

Nuestra casa


En nuestra casa habrá dos sillas. Dos tazas. Dos platos.

En nuestra casa habrá café y habrá siempre pasta. Tendremos muchas películas, desde las que nos gustaban de niños hasta las que vemos ahora.

En nuestra casa habrá música y canto, se escucharán nuestras voces entonando serenatas para el otro.

Tendremos fotos que nos sirvan para atar memorias, y boletos de cine y teatro que nos recuerden todas aquellas historias.

La cocina será grande y tendrá muchos ingredientes y utensilios para cuando cocinemos. También tendremos velas y un florero que se puedan acomodar en la mesa para improvisar una cena romántica.

Tendremos mantas que sirvan para protegernos aún cuando nos quedemos hasta tarde viendo películas y tendremos un tazón para poner palomitas. La mitad con mantequilla para mí, la mitad con caramelo para tí.

Y compraré una bonita cafetera para ti y aprenderé a hacer postres para que los comas mientras saboreas tu café. Y tú me enseñarás a cocinar spaghetti y yo te enseñaré que para expresarse se puede bailar cualquier música, aunque yo sea pésima en ello.

Y después de cenar saldremos a caminar un rato por el vecindario, tomados del brazo, platicando de lo que hicimos en el día. Luego volveremos y nos vestiremos para dormir con pijamas a juego, tal como imaginabas, la tuya azul y la mía rosa, aún cuando sea un cliché y yo prefiera el azul y tú el morado.

Por las mañanas el sol entrará por la ventana y nos despertará al acariciar con su luz y su calor nuestros rostros. Entonces juntos cocinaremos y nos sentaremos a la mesa a tomar nuestro desayuno, yo me ocultaré del sol para que no lastime mis ojos, y tu fantasma se sentará al otro lado, donde me sonreirá por encima del plato vacío y la taza de café que sólo podrá oler...


Y fingir que nunca prometí nada a nadie...

Tengo que aprender a vivir en un mundo sin ti. Tengo que aprender a ser "feliz" sin ti. Tengo que encontrar algo. Tengo que fingir que no me importa estar sola, que no quiero tener a nadie y que no he querido porque no me ha dado la gana...

Tengo que vivir pretendiendo que nunca nos prometimos un "por siempre", que no me rompí luego de que te fuiste y quedé incapaz de amar. He de hacer como que no te quiero, como que no me importas, como que no quiero volverte a ver.

Debo vivir sin ti y enseñarme a que me guste, pero aunque llegue a lograrlo, sé que a veces me dentendré a pensar cómo estás, dónde vives, qué ves a diario cuando sales o si has cambiado. Me preguntaré cómo sería nuestra vida juntos e intentaré imaginarla. Pensaré en ello, en nuestras casas, cada casa que imagine a lo largo de los años. Todos los hijos que nos ponga, las sonrisas, las comidas. La magia que sentía sólo con tocar tu mano... Pensaré en nosotros, en esa promesa rota de amarnos y lloraré... Lloraré porque sabré que a pesar de todo la he cumplido. Aunque no quiera, aunque pretendiera olvidarte...

Sabré que la seguí cumpliendo porque no amaré a nadie, no podré, simplemente no podré... Lo sabré porque pensaré en ti cuando menos lo espere. Lo sabré porque seguiré pensando en tus hábitos, en tus gestos... Porque tu fantasma desayunará conmigo como tú nunca lo hiciste. Porque me sonreíras mientras tomas tu taza humeante de café al otro lado de la mesa y tus ojos se cerrarán como cada vez que sonríes. Lo sabré porque te veré deseándome un buen día antes de salir. Lo sabré porque mis labios ya marchitos volverán a sentir esa soledad de saber que jamás se encontrarán de nuevo con los tuyos.

Lo sabré porque por las noches tendré que abrazar algo que me haga sentir menos sola. Lo sabré porque la cama será demasiado grande y fría. Lo sabré porque nadie me abrazará para detener mis lágrimas.

Y saldré y fingiré que todo está bien, que me encanta estar sola, que no te extraño, que fuimos solo amigos o si es posible, que nunca te conocí.

Caminaré porque la vida me ha enseñado que no se detendrá, no importa si me estoy muriendo, ella se empeña en continuar. Reiré porque sin risa la mentira estaría incompleta. Y no sé si alguna vez me rinda y termine buscando unos brazos que me reconforten a momentos... Sólo sé que te seguiré queriendo, aunque ya no estés.